Chevrolet y la atención al cliente

Siempre nos gusta poner ejemplos de cosas bien hechas; desafortunadamente, en este caso vamos a poner un ejemplo a no imitar, pero esperamos que sirva para que una empresa como Chevrolet mejore su atención al cliente. En concreto, os vamos a contar tres situaciones que hemos vivido con esta marca.

1) Hace unas semanas estábamos de viaje y necesitamos cambiar una bombilla de nuestro coche. Llegamos al taller (recordemos que estábamos en itinerancia) alrededor de las 18.30 (hora de cierre; habíamos llamado minutos antes, y ya nos advirtieron que a esa hora cerraban). Una de las personas del taller nos dijo que ya estaba cerrado; afortunadamente, otra se ofreció para cambiarnos la bombilla y pudimos continuar viaje sin más complicaciones.

2) Hace ya unos años, también necesitamos cambiar una bombilla. Llegamos al taller diez minutos antes del cierre, y el jefe de taller nos protestó porque estaban a punto de cerrar.

3) Hace algunos años más, decidimos comprar un coche. Y sí, elegimos un Chevrolet. Hicimos todos los trámites vía telefónica, y nos atendieron estupendamente. Pero había un pequeño problema: nosotros llegábamos en un vuelo que aterrizaba sobre las 20h y el concesionario cerraba sobre las 19h. ¿Problema? ¿Hemos dicho problema? ¡Ninguno en absoluto! Nos esperaron encantados de la vida, pese a que nuestro vuelo sufrió un buen retraso.

El servicio postventa y la atención al cliente son dos de los principales valores que debe atesorar cualquier empresa. Especialmente, una del prestigio de Chevrolet. Entre otras cosas, por propio egoísmo, ya que es posible que ese cliente que quiere cambiar una bombillita en un atardecer quiera, en el futuro, comprarse otro coche. Y en su mente, sin duda, pesará la atención recibida (para bien y para mal).